Ya sabemos que el granito es una roca ígnea, formada durante los últimos 300 millones de años, este apelativo procede del latín “ígneos” y es relativo a las piedras formadas por el magma, el cual se encuentra a profundidades que pueden superar los 250 km por lo que se conoce también como roca “plutónica” debido a “Pluto”, dios romano del inframundo.
Este magma al ir ascendiendo a la superficie se mezcla lentamente con otras rocas a altas temperaturas y su lento enfriamiento provoca la cristalización de sus materiales, dando lugar a su textura característica.
Durante los últimos millones de años, la superficie del planeta se ha ido erosionando y permitiendo el acceso a zonas donde actualmente encontramos la piedra y podemos extraerla, es lo que conocemos como “cantera”. En la imagen de cabecera, podemos apreciar la cantera existente en Villavieja de Yeltes, zona de extracción del granito “Blanco de Villavieja”.
Tras su segmentación en grandes bloques, se van dividiendo en piezas menores que permitan su transporte. Una vez en el taller, existen dos formas de subdividir un bloque: mediante telares compuestos por flejes de acero o a través de cortabloques constituidos por discos diamantados.
En la fábrica de Arteroca, se lleva a cabo el corte directo de estos bloques para la obtención de tablas y planchas de espesores prefijados, que seguidamente se cortarán con disco para la fabricación de planchas y baldosas.
Las sierras cortabloques se encuentran a la cabeza de la fabricación en grandes series de productos terminados cuadrados y rectangulares de medida constante o variable, procediendo directamente al corte de los bloques según un ciclo específicamente desarrollado y puesto a punto en el curso de los últimos años, aunque limitado a las rocas de dureza media y planchas con anchuras que, en general, no superan los 60 cm. También se utilizan cuando el bloque es muy irregular y es desaconsejable su corte con telar debido al bajo rendimiento y elevado coste que supondría.
Al disponer de discos diamantados de gran diámetro se pueden realizar cortes muy profundos en sucesivas pasadas de 3 a 8 cm cada una, llamadas «incrementos», empleándose uno o varios discos verticales en paralelo, normalmente de 3 a 12, que pueden cortar en un sentido o en ambos, y obteniéndose tiras divididas cuyo ancho en conjunto puede llegar a ser 30 cm. El número de «incrementos» necesarios para alcanzar una profundidad dada disminuye con la serrabilidad de la roca.
Con este tipo de corte y en función de su anchura, se obtiene la materia prima necesaria para la elaboración de las piezas que salen desde nuestra fábrica: desde mobiliario urbano, encimeras hasta los bloques necesarios para la creación de las figuras artesanales que se acabarán a mano posteriormente.